Cuándo todo esto comenzó no había caído en la cuenta de que realmente muchas generaciones incluyendo la mía, estaba enfrentando algo realmente serio. Un par de semanas después que comenzó el estado de alarma en mi país, mi abuelita me dijo: -"ay Dios mío, yo jamás pensé que iba a pasar algo así, que yo iba a vivir y a ver algo así".- Sus palabras me impactaron y pensé en ella y su temor, pero enseguida pensé que esos también eran mis sentimientos.
Pasaron los días y seguí sobrevolando la situación, escuché las primeras conferencias de prensa del Ministerio de Salud pero ya me fui hartando, todo se fue convirtiendo en cifras y como es típico en mí, me puse conspiranoica y más aún porque antes de la pandemia empecé a leer 1984 de George Orwell, así que para aquellos que conocen algo sobre este libro y el autor, se podrán imaginar en serio como me puse. Sigo teniendo al respecto algunos puntos de vista sobre cosas ya no conspiranoicas sino evidentes pero ni al caso, hice mi mayor esfuerzo por poner de mi parte como ciudadana y cristiana, cuidar a mis abuelos y a mis papás que viven conmigo y tratar de no ser indiferente al dolor de los otros; me fui adaptando poco a poco con algo de negación sí, pero surcando para que la Palabra de Dios fuera sembrando lo que Él nos quiere enseñar como buen padre que es.
Otro día mi mamá me dijo: -¿por qué no haces una canción sobre esto?- Le dije que no con un gesto en mi cara, pero luego ya saben, eso de que la voz de mamá y papá son la voz de Dios en la tierra y estoy consciente de que no es un absoluto, pero opté por obedecerla y así nació "Delante de ti". Ese mismo día o al día siguiente (no recuerdo muy bién), leía "La fuerza del Silencio" del Cardenal Sarah, después de una frase citó el capítulo 2 de Habacuc y por curiosidad seguí con el capítulo 3 completo, increíblemente no recordaba que es el mismo capítulo en el que me inspiré en parte para hacer "Pies de Cierva" y en el que me inspiraría para componer "Delante de Ti"
Sobre esta canción puedo reflexionar:
No es solo mi rendición delante de Dios, sino la rendición de la tempestad, el cese de una enfermedad, el final de una carencia, el vencimiento de la soberbia, de la guerra, del hambre. Delante de Dios avanza el desfile de todos los pecados, los errores, las debilidades... el triste desfile del mal. Delante de Dios y delante de nosotros lo malo que haya existido, existe y esté por venir mantiene su distancia, sus límites y no es que seamos intocables, porque a veces nos acaricia el caos de la vida, pero Dios sabe hasta donde llegan nuestras fuerzas.
Avanza, avanza delante de Dios como polvo barrido, todas las injusticias y "vuelve actuar", en nuestro tiempo, se da a conocer porque es compasivo. Su majestad inunda el cielo y su gloria, presente y eterna, inunda toda la tierra. Su Espíritu sigue impulsando el atrevimiento del pueblo de Dios a llenarse de valor y coraje, a llenarse de fe y palabra para seguir extendiendo su mensaje, se hace perpetuo el Pentecostés, y más que nunca, la Iglesia entiende que todo el mal avanza para ir retrocediendo hasta desaparecer.
Y aunque nada vaya saliendo bien, aunque los árboles no estén dando frutos y no produzca la tierra, aunque en este momento solo comamos incertidumbre, y no lo que quisiéramos degustar, aunque todo duela "tendré mi gozo en Dios mi salvador, mi Señor mi fuerza".